Share

El rol de los ciudadanos en la democracia

 

La soberanía reside en y fluye de las personas de un país. Ellos tienen un derecho colectivo a elegir sus sistemas gubernamentales, políticos y electorales como un aspecto de la autodeterminación. La autoridad del gobierno también se deriva de la voluntad del pueblo en la elección de estos sistemas, y la gente tiene derecho a formar parte de su gobierno, incluso mediante elecciones genuinas para determinar quién ocupará legítimamente las oficinas gubernamentales.

Estos preceptos están plasmados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en constituciones modernas del mundo entero. Ellos tomarán la base para la famosa frase de que el gobierno democrático es "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". En esencia, lo anterior quiere decir que: los gobiernos pertenecen al pueblo, los procesos gubernamentales pertenecen al pueblo; y las elecciones pertenecen al pueblo.

Es así de simple, pero complicado a la vez. No hay democracia sin la participación de los ciudadanos. El compromiso contiene dos cosas, un derecho  y una responsabilidad de los ciudadanos para establecer desarrollar y sostener la democracia.

La participación ciudadana no es algo abstracto; toma formas tangibles y sirve para mejorar la vida de las personas. El compromiso ciudadano persigue el desarrollo económico, social, cultural y político, incluyendo la provisión de oportunidades, recursos y servicios. Como la presidenta de NDI Madeleine Albright suele decir: La democracia debe cumplir.

Para que la democracia cumpla, los ciudadanos deben informarse sobre temas que pueden mejorar sus vidas. Deben ser libres para unirse para expresar sus puntos de vista y preferencias y trabajar por ver que el gobierno responda a las opiniones de los ciudadanos, acudiendo a ellas como gobierno responsable. Para estar informados, los ciudadanos necesitan información precisa y a tiempo, particularmente información de la que dispone el gobierno. Necesitan aprender de aquellos quienes compiten en política, cómo los políticos pretenden emplear esa información para el bien de la población. El acceso a la información, y lo que llamamos frecuentemente "gobierno de datos abiertos", es esencial para una ciudadanía informada. Es por eso que la "transparencia" es una necesidad para las democracias. Los ciudadanos, incluyendo quienes compiten en política, deben ser libres también para impartir sus opiniones sobre los procesos gubernamentales y los asuntos públicos; de otra forma los ciudadanos no pueden estar verdaderamente informados, ni pueden elegir libremente.

Las barreras a la participación ciudadana son múltiples en cada país. Son ambas sutiles y obvias, pequeñas y formidables, y basadas en numerosos factores. Para lograr la plena ciudadanía, debemos remover estas barreras, ya sean de género, raza, étnica, religión, edad u otro condición. Si no es así, el sufragio universal e igualitario es esencialmente denegado, y la credibilidad gubernamental se socava en la medida en que estas barreras existen.