Share

Indígenas guatemaltecos piden representación significativa

Anixh se prepara para presentar los resultados de la observación electoral en una rueda de prensa.

Un gran número de ciudadanos guatemaltecos son excluídos de la vida política. Los pueblos indígenas están entre las más marginadas, ya que enfrenta barreras culturales e institucionales en el sistema político del país. Desde las reformas electorales de 2006 y en las subsiguientes tres elecciones, Guatemala pasó por importantes etapas para aumentar la participación política de las poblaciones históricamente excluidas. Sin embargo, todavía existen desafíos que impiden garantizar que el incremento de la participación lleve a una verdadera representación política de todos los grupos poblacionales que conforman el país.

Anixh Ana María Pablo Tercero, una mujer maya-Q’anjob’al de las montañas de los Cuchumatanes en el noreste de Guatemala, encabezó los esfuerzos de observación electoral realizados por la Red Nacional de Organizaciones de Jóvenes Mayas (RENO’J). Ella trabajó para asegurar que los jóvenes e indígenas pudieran participar en el proceso electoral.

“Imagino una sociedad en donde la participación en las elecciones garantice una significativa representación de toda la población”, dijo la activista en una reciente entrevista.

RENO’J es una red nacional de organizaciones de jóvenes indígenas. Antes de las elecciones de 2015, la red trabajó para defender los derechos de los pueblos indígenas a través de capacitaciones, investigaciones y esfuerzos de incidencia. Como miembro de la red Mirador Electoral, RENO’J desempeñó un papel importante al recopilar datos sobre la discriminación y el racismo dirigida hacia los pueblos indígenas y su exclusión de la política. RENO’J también ha ayudado a los demás integrantes de Mirador Electoral a incluir temas relacionados con los pueblos indígenas en los esfuerzos de observación.

No es la primera vez que Anixh participa en procesos de observación electoral. En 2003, a los 19 años, trabajó como observadora electoral voluntaria de la Procuraduría de Derechos Humanos en su municipio, San Juan Ixcoy, en Huehuetenango. Se mantuvo activa en los procesos políticos y electorales, coordinando el conteo rápido a nivel departamental de Huehuetenango en el 2007 que sirvió para verificar estadísticamente los resultados oficiales de las elecciones. Asimismo, trabajó en el proceso de la observación de la discriminación y el racismo dirigido por RENO’J en el 2011 y tuvo la oportunidad de participar en el Mirador Electoral con el fin de observar y demandar la participación de los jóvenes y pueblos indígenas en el proceso electoral.

“Imagino una sociedad en donde la participación en las elecciones garantice una significativa representación de toda la población.” - Anixh Ana María Pablo Tercero

El empeño de Anixh y los observadores por participar en las elecciones ayudó a crear una cultura de observación electoral en Guatemala. Los observadores apartidarios se han vuelto un elemento fundamental del proceso electoral desde que Mirador Electoral comenzó a observar las elecciones en 2003. Los observadores actúan como un control independiente sobre la legitimidad del proceso electoral y promueven una mayor participación ciudadana en el gobierno. Para RENO’J, participar en la observación electoral de Mirador Electoral creó oportunidades para que un mayor número de jóvenes indígenas participen en el proceso político.

“Mirador Electoral desempeñó un papel fundamental para cambiar la opinión de los ciudadanos con respecto a la importancia de la observación electoral, involucrando un mayor número de ciudadanos en el proceso y en las observaciones en más municipios”, dijo Anixh. La fuerza de la coalición Mirador Electoral se basa en su capacidad para unir a las diversas organizaciones de la sociedad civil que aparecen en esta serie de blogs, con el fin de realizar observaciones más extensas y eficaces que cualquier organización pudiera realizar por sí misma.

El proceso de observación del año pasado halló que en el 68% de los municipios observados, los votantes no pudieron participar en las elecciones en su lengua materna. Pese a que más del 40% de los guatemaltecos son indígenas, los indígenas solamente constituyeron el 17% del personal de los comicios.

“Incluir el tema de la participación política de los indígenas en el discurso popular es un desafío, pero a través de esta observación pudimos aportar datos concretos sobre la discriminación e influir sobre la opinión pública”, dijo Anixh.

A pesar de que el Tribunal Supremo de Guatemala no calcula los índices de participación de las comunidades indígenas, RENO’J y la coalición Mirador Electoral registraron altos índices de participación indígena. En la primera vuelta se alcanzó un nuevo récord de participación electoral, ya que aproximadamente el 70 por ciento de los ciudadanos inscritos para votar acudieron a las urnas.

Sin embargo, los altos índices de participación no se convierten en representación equitativa. Sólo 18 diputados, de los 158 que conforman el Congreso de la República,  son indígenas, es decir, menos del 12%. De hecho, varios de los 24 pueblos indígenas no están representados en el Congreso.

Por la falta de representación significativa, las iniciativas legislativas estratégicas para las comunidades indígenas han sido marginadas en el Congreso. En abril de 2016, el Congreso aprobó reformas de la Ley Electoral y de Partidos Políticos pero no se logró incluir en la versión definitiva del proyecto de ley disposiciones sobre cuotas de representación indígena en las listas de los partidos políticos, pese al firme apoyo de la sociedad civil y una evaluación positiva de la Corte de Constitucionalidad.

Anixh cree que el futuro de las comunidades indígenas depende de cambios a nivel nacional, específicamente, reformas que fortalezcan la participación y la representación, además de desarrollar las capacidades a nivel comunitario. “Yo consideraría postularme como una voz para el pueblo indígena, pero sólo si existen las condiciones para la verdadera participación”, dijo Anixh.

Hasta alcanzar esas condiciones, Anixh seguirá trabajando a través de RENO’J y en su pueblo Maya Q’anjob’al para fortalecer las capacidades de los jóvenes para liderar iniciativas e impulsar la acción en sus comunidades, con el fin de preparar a la próxima generación para el liderazgo.